¿Por qué Yamaha no gana en MotoGP?
Explicación de la crisis de resultados del equipo Yamaha durante el 2023
Hola a todos. En este artículo trataremos de entender qué le ha pasado a Yamaha para que esta última temporada haya tenido resultados tan discretos.
El desempeño de Yamaha en las temporadas más recientes:
Después de que Yamaha dominase en 2015 a manos de Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, en 2016 Michelin llegó al Mundial para reemplazar a Bridgestone como suministrador único de neumáticos. Durante las cuatro primeras temporadas de los galos, Yamaha sufrió a causa del menor grip de los neumáticos, por ejemplo, sufriendo patinaje, o spinning, en la rueda trasera al acelerar a la salida de las curvas. Como el punto fuerte de Yamaha ha sido siempre el paso por curva, esta situación le impedía aprovechar esa cualidad, quedándose a la zaga de Honda y Ducati. También les afectó el paso a una electrónica estándar. Antes de esto, tanto Yamaha como Honda disponían de una gran ventaja en este campo, perdiendo una de sus grandes bazas.
Sin embargo, en 2020 cambiaron los neumáticos. Michelin desarrolló un neumático trasero con una construcción diferente, con carcasas más blandas y con forma de ‘V’, el cual ofrecía mayor agarre y durabilidad gracias a su mayor superficie. Esto ayudó inicialmente a las motos con motores en línea, Yamaha y Suzuki. Como estas motos se beneficiaban del paso por curva, un neumático con mayor agarre incrementaba esta fortaleza. El gran inconveniente era la pérdida de giro y agilidad de la moto, perjudicando a pilotos como Marc Márquez. En parte, gracias a esta novedad una Suzuki se llevó el título de 2020, mientras que Yamaha hizo lo propio en 2021, a manos de Fabio Quartararo.
Para 2022, los fabricantes ya tenían sus motos mucho más adaptadas a los nuevos neumáticos. Al mismo tiempo, cada vez se fue implementando más la aerodinámica, una tendencia que ya venía de atrás. A pesar de no revalidar el título, Fabio Quartararo llegó a liderar el campeonato de pilotos con 91 puntos de ventaja, conformándose posteriormente con el subcampeonato.
Sin embargo, en 2023 todo cambió. No es que la marca de los diapasones no pelease por el título ni ganase carreras, sino que acabaron muy por detrás en varios Grandes Premios, limitándose a subir esporádicamente al podio y realizar apariciones en el top 5 y top 10. Por tanto, ¿qué es lo que ha cambiado de un año para otro que justifique semejante bajón de rendimiento?
Concepto de moto:
Antes de analizar las causas de la crisis de Yamaha, recordemos las características de la Yamaha M1.
La M1 es una moto que, desde sus inicios, ha destacado por su gran paso por curva y la suavidad en la respuesta del motor. A su vez, ha dispuesto de menor potencia y velocidad punta que sus rivales. El motivo principal consiste en el tipo de motor, un 4 en línea con cigüeñal crossplane. Debido a este cigüeñal, el intervalo de encendido es irregular (270º-180º-90º-180º). Esos 270º sin explosiones permiten darle más descanso al neumático, mejorando la tracción a la salida de las curvas.
Por otro lado, el motor es más ancho y alto y va colocado más arriba en la moto, para que no toque el suelo al inclinar la moto debido a su anchura. Por tanto, el centro de gravedad de la moto está más alto. A la hora de inclinar la moto, su cigüeñal más largo, con mayor momento de inercia (oposición de un objeto a rotar respecto un eje), le ofrece mayor estabilidad, como cuando un equilibrista extiende sus brazos en la cuerda floja. Estas dos características explican por qué las motos con motores en línea tienen mayor velocidad de paso por curva.
Sin embargo, su cigüeñal más largo provoca que sea menos resistente a los esfuerzos de torsión (esfuerzo realizado al retorcer un eje), lo que limita la potencia máxima. Por otro lado, el mayor número de apoyos del cigüeñal (5, frente a 3 del cigüeñal de un V4) aumenta las pérdidas por rozamiento, lastrando su potencia. Por otra parte, la mayor anchura del motor hace que la moto sea también más ancha, aumentando su resistencia aerodinámica, lo que reduce su velocidad punta.
Al ir más al alto el motor y ser más ancho, se favorece el paso por curva.
Además, este tipo de motor es inferior al motor en V en el cuerpo a cuerpo, ya que la trazada ideal está bloqueada. Por tanto, en esta situación no se puede aprovechar el paso por curva, mientras que las motos con motores en V sí sacan partido de su mayor potencia.
Esta combinación de ventajas e inconvenientes ha sido la causa de la presencia de motores con cilindros tanto en línea como en V en MotoGP.
La situación técnica actual de MotoGP, causa del declive de Yamaha:
Para entender la crisis de Yamaha hay dos factores principales: aerodinámica y neumáticos.
En primer lugar, la aerodinámica juega un papel fundamental. Las alas y otros apéndices y elementos del carenado permiten generar carga aerodinámica, la cual da una mayor estabilidad y aplomo en curva, ganando velocidad en las mismas, al igual que dificulta la elevación de la rueda delantera al acelerar. En cambio, la resistencia al avance aumenta, al mismo tiempo que se incrementa la resistencia a la rodadura por la mayor carga. Estas dos características obligan a disponer de un motor potente para disfrutar de las ventajas de la aerodinámica y contrarrestar sus inconvenientes. Con un motor en V, más potente, esto es más fácil de conseguir. En cambio, la Yamaha M1, de menor potencia, debe realizar un compromiso entre aumentar la carga, reduciendo los caballitos y ganando agarre en curva, a consecuencia de tener aún menor velocidad punta y aceleración a alta velocidad; o, por el contrario, disponer de alas más pequeñas, con menor resistencia aerodinámica pero un inferior apoyo aerodinámico en curva y más tendencia a realizar caballitos.
Por otro lado, los neumáticos han sido un quebradero de cabeza para los técnicos y pilotos de Yamaha. En primer lugar, la moto es muy dependiente de los mismos debido a la necesidad de aprovechar el paso por curva. Por tanto, si Michelin se equivoca en la elección de neumáticos del fin de semana, ya sea porque se prediga mal la temperatura o la abrasión de la pista, o si en la carrera al piloto le toca un neumático que no funciona como debería, los de Iwata se quedan sin opciones de conseguir un buen resultado.
En segundo lugar, la mayor carga aerodinámica y la enorme diferencia de superficie entre el neumático delantero y el trasero provocan que la goma delantera se sobrecaliente en exceso, elevándose su presión y perdiendo agarre. Como Yamaha aprovecha más el paso por curva, las exigencias del neumático son aún mayores, empeorando este efecto. Igualmente, si generasen más carga aerodinámica con alas mayores, en vez de potenciar su paso por curva lo acabarían empeorando, por las mayores presiones. Esta subida de presiones también aparece en el cuerpo a cuerpo y al rodar en grupo, al no recibir tanto aire frío el neumático. Igualmente, los neumáticos implementados desde el 2020 han ofrecido a las motos con motores en V más paso por curva del que tenían, reduciendo esa desventaja frente a motos como la M1.
Finalmente, los reguladores de altura, que bajan la moto en recta para reducir los caballitos, dan una ligera ventaja a las monturas con motores en V, al poder usar más potencia en algunos puntos del circuito.
Otros factores:
Como respuesta a lo anterior, en 2023 Yamaha fabricó un motor más potente y que dotaba de más velocidad punta a la moto. Sin embargo, este tenía una respuesta más brusca, perdiendo el equilibrio de la moto. Por tanto, la marca de los diapasones no solo no consiguió solucionar la falta de aceleración y velocidad punta, sino que se anularon parte de las ventajas de su prototipo.
Dejando aparte la moto, hay otros motivos que se pueden achacar a esta falta de resultados, aunque los considero menos relevantes frente a los anteriores.
Por una parte, los de Iwata han tardado más que sus rivales en responder ante las nuevas tendencias aerodinámicas de MotoGP. Es cierto que su concepto de moto no ha ayudado a esto, pero tampoco termina de justificar que no se hayan probado más soluciones. Por otro lado, durante parte de la temporada se ha podido ver tanto a Quartararo como a otros miembros del equipo menos motivados, ya que han pasado de pelear por el campeonato a verse relegados a la media tabla. Aunque ha tenido su influencia, este argumento considero que se queda corto para explicar el bajo desempeño de los japoneses. Y más, teniendo en cuenta algunas de sus decisiones recientes, como los fichajes procedentes de Ducati: Marco Nicotra se convierte en el jefe de aerodinámica, mientras que Massimo Bartolini, cercano a Dall’Igna, adquiere el rol de director técnico.
Conclusión:
En resumen, las evoluciones de aerodinámica y neumáticos han dejado inutilizado el concepto tradicional de Yamaha. La necesidad de más carga aerodinámica obliga a disponer de más potencia en el motor, cualidad de la que la M1 adolece. Por tanto, se ve más obligada que sus rivales a realizar un compromiso entre controlar el antiwheelie (aumentando la carga) y reducir la resistencia al avance y la rodadura (reduciendo la carga). En cambio, sus debilidades se han mantenido o empeorado.
Por otro lado, su mayor dependencia del neumático sitúa a los pilotos en una posición de debilidad cuando la goma no rinde según lo esperado o se disparan las presiones por exceso de temperatura. Esto último también limita la carga que puede generar su paquete aerodinámico. Igualmente, la construcción de la rueda trasera ha dado a sus rivales con motor en V más paso por curva del que antes disponían.
Asimismo, el motor del 2023 ha resultado ser un fiasco. La pequeña ganancia de potencia y velocidad punta se ha visto mitigada por la pérdida de equilibrio de la moto y la brusquedad del propulsor, lo cual limita la tracción, y el grip, disponible.
En pocas palabras, con la moto actual Yamaha no tiene armas para competir. Ha visto cómo perdía parte de sus ventajas, se acentuaban sus inconvenientes y aparecían problemas nuevos.
¿Hay alguna solución?:
Para remediar esta situación, existen tres posibles vías.
La más obvia podría parecer desarrollar un motor en V. Así, se dispondría de mayor potencia, pudiendo equipar alas que generen más carga aerodinámica, al mismo tiempo que reducirían la dependencia del neumático. Sin embargo, esto les obligaría a hacer, no solo el motor, sino la moto entera desde cero. Esto supondría, por una parte, una cantidad ingente de tiempo y dinero, por todo el desarrollo necesario para crear y evolucionar la moto. Todo ello, con la esperanza de llegar a alcanzar al resto de fabricantes, con mucha más experiencia y recorrido en este tipo de motores. Por otro lado, este sobrecoste es difícil de justificar ante un probable futuro eléctrico de las motos de calle y un campeonato que en 2027 cambiará de reglamento. Es por todo ello que esta opción queda descartada.
Otro camino consiste en volver a una configuración más equilibrada y tradicional para Yamaha, como la de 2022. Es cierto que aumentaría el equilibrio de la moto pero se quedarían estancados. Con el auge de la aerodinámica, la potencia de los motores ha cobrado más importancia, al igual que se hace más necesario instalar estos elementos de cara a reducir el levantamiento de la rueda delantera y aumentar la carga aerodinámica. Por tanto, este concepto también se desecha, al haberse quedado obsoleto.
Por tanto, parece que el camino a seguir es el de 2023, con un motor más potente, aunque todavía requiere dulcificar su respuesta. Esto es precisamente lo que están haciendo los japoneses. Esta solución evita tener que desarrollar una moto desde cero, al igual que les permitiría adaptarse a las tendencias técnicas actuales. Aún no es el momento de cantar victoria, ya que hay que solucionar la falta de equilibrio de la moto, mejorar la respuesta del motor y conseguir aprovechar la aerodinámica sin lastrar el paso por curva ni subir en exceso la resistencia al avance.
¿Conseguirá Yamaha dar el paso adelante que necesitan para aspirar a mayores cotas o seguirán estancados como esta última campaña? Para saber si han dado con la tecla, tendremos que esperar hasta que empiece el 2024. Al menos, dispondrán de concesiones, entre ellas, la opción de evolucionar sus motores durante el año o realizar tests con sus pilotos oficiales.
Antes de despedirme, las conclusiones realizadas se basan en mi opinión de los hechos, por lo que os animo a escribir en los comentarios vuestro punto de vista. Espero que hayáis disfrutado del artículo y hasta la próxima.
Extra:
Aquí os dejo un vídeo sobre el motor crossplane de Yamaha, donde se explica con más detalle este tipo de propulsor y cómo mejora la tracción.
Enlaces de las imágenes:
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Enhorabuena como es habitual. Todo al detalle y bien explicado. Gracias Mario.